viernes, 29 de octubre de 2010

Vino con Sake

...Aquella muchacha era muy similar a las pinturas de oriente que había visto en su libro de historia universal, en los capítulos dedicados a la etapa de la Restauración Meiji del Japón; esas pinturas mostraban a jóvenes de rasgos delicados y finos, muy bellas;  Emerick sentía en ese momento como si por medio de esa chica las ilustraciones de esos libros cobraran vida.

Emerick tomó un taxi que lo dejó en el centro de Tokio, esa ciudad en nada se parecía a su Paris. Por todos lados los anuncios y propagandas de marcas desde alimentos hasta las últimas consolas de videojuegos le rodeaban; había luces por todas partes, cientos de marquesinas se desplazaban por doquier. El chico francés decidió entrar a una de esas tiendas para él raras, en las cuales sujetos aun mas bizarros y "exóticos" en su opinión compraban accesorios, ropa, muebles, dulces, cd's entre otras cosas de caricaturas a las que denominaban anime.

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